La Inteligencia Artificial (IA) es una de las tecnologías más disruptivas del Siglo XXI, quizás el mayor reto tecnológico de la historia. Se trata de una tecnología estratégica que está llamada a protagonizar una revolución equiparable a la que hace pocos años generó Internet. La IA cuenta con un enorme potencial de crecimiento tanto para la economía como para las personas.

La Inteligencia Artificial (IA) es una de las tecnologías más disruptivas del Siglo XXI, quizás el mayor reto tecnológico de la historia. Se trata de una tecnología estratégica que está llamada a protagonizar una revolución equiparable a la que hace pocos años generó Internet. La IA cuenta con un enorme potencial de crecimiento tanto para la economía como para las personas.

Ya son numerosas las aplicaciones en nuestras vidas de la IA. En el sector financiero la IA está ayudando a los bancos a detectar el fraude, mediante el análisis automático de patrones en los datos o el reconocimiento facial biométrico. En nuestros móviles la IA nos ayuda mediante los asistentes virtuales (Siri, Alexa o Cortana), Chatbots, aplicaciones de “personal shopper” o con traducciones en tiempo real a otros idiomas. En muy poco tiempo veremos por nuestras calles coches sin conductor gracias al desarrollo de sistemas autónomos de conducción desarrollados mediante IA. Por no hablar de la sanidad, donde ya existen aplicaciones de “machine learning” que nos permiten realizar diagnósticos de enfermedades a un coste muy inferior, y con un mayor grado de acierto, al que consiguen profesionales con mucha experiencia desarrollando las mismas tareas. Por ejemplo, detectando cáncer de manera automática en imágenes por resonancia magnética.

La Inteligencia Artificial agrupa distintas tecnologías, como el aprendizaje automático o “machine learning”, el “Deep Learning”, las redes neurales o el procesamiento del lenguaje natural. Lo que tienen en común todas las tecnologías relacionadas con la IA es que aprenden automáticamente de patrones o características de los datos existentes. La IA básicamente analiza los datos y desarrolla modelos gracias a algoritmos de aprendizaje.

Conscientes de la capacidad transformadora de esta nueva tecnología, la Fundación LuzIA nace con el objetivo de aportar LUZ a la Inteligencia Artificial mediante la incorporación de conceptos como la Ética o el análisis del comportamiento humano.